Higinio Sallán ha partido hacia la tierra del recuerdo. Vayan estas imágenes en homenaje a su presencia en Aler y un fuerte abrazo a Matilde.
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincon de aquel mi huerto florido y encalado,
mi espiritu errará, nostalgico.
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.
Quisiera dar las gracias por este maravilloso homenaje a mi padre.
ResponderEliminarEstoy segura que desde donde está siempre mirará hacia el pueblo, y de vez en cuando podremos notar su presencia, como si nunca se hubiera ido...
Gracias de corazón, Ana